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lunes, 17 de diciembre de 2012

Prologo

-hay muchas ciudades-decia el-hay muchos sitios en donde puedes ser anonima, donde nadie pueda encontrarte en multitudes ¿no quieres eso? ¿no quieres dejar de mirar atrás?-
-pero no puedo-dije con mi voz temblorosa-no sabes… no tienes idea de cómo me han traicionado, ¿que esperas que encuentre haya afuera?, no puedo encontrarme, estoy perdida ¡perdida y por tu culpa! no te creo… no te creo mas-
-¿Quién es Lilli?-pregunto tras una pausa, ahora desde la puerta, buscando a tientas la llave en su bolsillo que me encerraria en esa torre, ahora, quizas para siempre-¿Quién es aquí el tonto de todos-
Me queria dejar en libertad, pero eso tenia un precio, cuando el cerrojo crujió y las luces se apagaron me desplome siendo solo para el, lo que siempre fui en mi vida: un gran desastre.
No se, no puedo recordar todo lo que paso en la torre, permanecer ahí fue como si el tiempo se hubiera roto y los dias me hubieran esquivado, el sol se hubiera apagado y cualquier sonido hubiera desaparecido. Fue cuando escuche el aullido que todo estallo, que no me senti sola otra vez.
Marcus Vulturi llego un dia que no sabia que era noche, después de ese caos del que no fui consciente el dejo la puerta abierta y se hizo a un lado, sin pensarlo avanze hacia ella sabiendo lo que me esperaba fuera, daba pasos cortos hacia la salida, como si hubiera estado ciega tanto tiempo y aprendiera a ver otra vez, a orientarme y a caminar sin tropezar imaginando que cada paso era mas libre que antes, incluso el calido aire veraniego de Volterra se sentia mil veces en mi piel, cada sensación, mi sangre atronando mis venas. Sali al patio, cruce la estancia, no habia nadie, el palpitar de mi corazon se volvia uno con el latido mas debil de alguien mas, podía sentirlo a pesar de que no tenia pruebas, lo sentia latir en mi vientre, y con cada paso hacia aquella deseada libertad me volvi mas poderosa, mas inalcanzable, crei que podía hacer cualquier cosa pero me equivoque
El ya se habia llevado todo lo que quedaba de mi cuando me dejo ir. Incluso después, cuando crei que podía volver a respirar, el arrebato todo lo que encontro a su paso, dejando lo unico que nunca pudo llevarse.
Lleva un nombre, lleva mi sangre, cuando el la vea, no podra evitar verme a mi, y recordara que el error mas grande que pudo cometer fue dejarme con vida

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